Existimos personas que desde los inicios de la juventud nos toca caminar y vivir, acompañados por una indeseable presencia: la depresión.
Inseparable compañera de viajes, aventuras, amores y desamores, es la peor consejera con que nos podamos topar.
Entrando a mi adolescencia recuerdo las primeras manifestaciones de lo que sería el infierno en mi vida: cambios de humor repentinos, enojo, ira. Sumado a esto un incontrolable deseo por herir a los demás, que aún hoy en día hace desastres conmigo. Lo peor es no saber que está pasando en el interior. Solo se sabe que ese fuego interno consume nuestros pensamientos, a tal punto que le damos rienda suelta con tal de que no siga en nuestra mente, haciendo locuras.
Ya llevo varios años con esa compañera de vida. Indeseable. He tenido que aprender a vivir con ella. A pesar de todo, lo único que deseo es ser "una persona normal", si. Una que no viva con la depresión, que o cambie de humor cada segundo. Que llore por motivos tangibles, no por vagas palabras. Eso es lo que deseo. Ser una persona "normal"